Ayer comenzamos a desmontar los andamios que tapaban la fachada de la catedral de San Salvador, la Seo, y que han permitido afrontar su restauración.

Después de más de un año desde el inicio de los trabajos, se ha podido descubrir la parte superior de la portada, quedando por fin a la vista de cualquiera. Este aspecto que ha quedado al descubierto recupera, más de dos siglos después, la esencia de la fachada original, que quedó eliminada tras unas obras de urgencia cuando terminó la guerra de la Independencia.

La fachada principal de la Seo se terminó en 1767. Fue obra de Julián Yarza y Lafuente, quien se inspiró para su ejecución en un proyecto presentado años antes por el arquitecto Ventura Rodríguez para el Pilar, y que no llegó a ejecutarse. Se hizo en ladrillo revestido de yeso y piedra, y son estos dos materiales los que marcaron los dos colores que tuvo en su origen.

Sin embargo, en 1814 este aspecto bicolor desapareció. Ya que en ese año la portada de la catedral se repintara toda de blanco. Las sucesivas restauraciones –incluida la que mantuvo cerrado el templo 16 años hasta 1996– consolidaron esa monocromía.

Todas estas consideraciones han sido tenidas en cuenta por los arquitectos Luis Franco y Mariano Pemán. La fachada de la Seo ya no es blanca, sino que se puede apreciar que algunas partes tienen un tono ligeramente más oscuro, lo que puede darle algo más de volumen, y recuperar los colores que tuvieron en su origen.